2/3/14

La muerte y el duelo de nuestro mejor amigo

Adoptar a un compañero de vida de otra especie animal, es una decisión que debemos afrontar hasta sus últimas consecuencias. Y es que igual que se convierte en un deber cuidar de nuestros familiares y amigos más cercanos especialmente en situaciones duras igual que nos gustaría ser acompañados y cuidados a nosotros, estos amigos, la mayoría de veces de cuatro patas, también necesitan de nuestro apoyo físico y emocional para superar cualquier sentimiento de miedo, dolor o incertidumbre a los que sin duda, les y nos enfrentará la vida en algún momento.

Tanto si nuestra mascota morirá antes o después (como comúnmente pasa con loros) que nosotros, debemos preparar estos detalles con motivo de proporcionar una vida y una muerte digna, a estos animales que nunca pidieron aislarse de su especie y vivir con nosotros y que sin embargo, nos han aportado tanto cariño.

Es por esto, por que no cuentan con el apoyo y comprensión del mundo natural de su propia especie y habiendo volcado su vida en la convivencia con el ser humano, por lo que debemos brindarles una especial transición a la muerte, siempre que podamos, acompañándolos invariablemente con la premisa de dejar el mundo conocido lo más plácida y cálidamente.

Aunque muchas personas se sienten desbocadas por sus sentimientos en momentos de duelo por su mejor amigo, se debe ser realista y recordar que no debemos dejar de lado a nuestra mascota, que en esos momentos nos necesita más que nunca y que no es nada malo expresar cualquier sentimiento que pueda hacerle sentir mejor o como mínimo querido y acompañado hasta el final. Sin restarle importancia a lo que nos dicte nuestra conciencia por acompañarle o no, en esas circunstancias tan trascendentales por el resto de nuestras vidas.

Respira profundamente y sientate a su lado, transmítele tu tacto y la seguridad que aporta lo inevitable que es la vida y lo maravilloso que está siendo compartir vuestros momentos más importantes a su lado, tú has sido su realidad.
El regalo que ha sido compartir tu existencia con él/la para tí, es lo mismo que lo que tú has sido para él/la, aunque me atrevería a decir que para ellos somos más importantes nosotros en su vida.

Los perros, los gatos y la gran mayoría de animales, pueden sentir empatía hacia nuestros sentimientos, por lo que son capaces de reconocer cuando sentimos alegría o malestar, proporcionándonos muchas veces consuelo o festejo consciente ¿Cómo no vamos a devolvérselo?

Y es que como muchos autores y especialistas sugieren, afrontar el duelo es aprender cada día un poquito más del sentido de la vida, haciendo emerger nuestro yo más honesto, el que se basa en el amor y en los sentimientos más admirables que no deben ser nunca soterrados, y menos si van a proporcionar bienestar a un ser querido.

Existen en la actualidad cursos para ayudar a nuestros peludos en la transición a la muerte y duelo tanto como para humanos. Infórmate.


"Quizás una sociedad pueda juzgar su grado de humanidad también por el modo como afronta el duelo. En él se percibirá si lo esconde, lo privatiza, lo niega, o si por el contrario lo socializa, lo comparte, lo expresa y aprovecha de él a la búsqueda del sentido del vivir."


José Carlos Bermejo Barrera


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